"¡Mamá cineasta en acción! Una madre busca su lugar en Hollywood" | Babelia | EL PAÍS
La vida siempre resulta más fascinante que el arte. O, como expresa Robert Filliou, poeta de lo efímero, “el arte es aquello que convierte la vida en algo más apasionante que el propio arte”. Eva María, protagonista de Una madre de película, es una joven que relata su día a día como si fueran episodios de films icónicos. Si su hijo la llama desde el extranjero, ella siente que está levantando el teléfono con la misma intensidad con la que Kate Winslet se aferraba a una tabla en la conmovedora escena final de Titanic. Aprecia el cine profundamente: cada cosa que ve y cada acción que realiza la remiten a alguna película, especialmente a las producidas en Hollywood. Siempre ha sentido una vocación innata por la maternidad, y el séptimo arte es su mayor pasión.
Para sus adentros, la protagonista de esta comedia de Juan Carlos Rubio estrenada anoche en el Teatro Bellas Artes se siente como las heroínas de la pantalla grande. Años atrás, cuando aguardaba su embarazo, que se hacía de rogar, observaba la varilla de su test diario con la misma fe con la que Jennifer Jones espera la aparición de la Virgen en La canción de Bernadette. Y cuando, por fin, dio positivo y su marido arrojó la varilla a la basura, le gritó como grita Jane Leight al ser apuñalada por Anthony Perkins en Psicosis. No hay suceso alguno en su vida al que no le encuentre su correlato en la ficción cinematográfica.
¿Existen personas así en la vida real? En los años sesenta, cuando se generalizó la instalación del televisor en los hogares, empezó a aparecer entre los chavales un síndrome imitativo: había quien al caer la tarde se sentía McCoy, el estafador amigo de la ley y el orden, interpretado por Tony Curtis en la teleserie homónima, pero al entrar la noche empezaba a comportarse como Banacek, detective interpretado por George Peppard. Otros chicos fantaseaban con los héroes de la Marvel. En su versión más extremada, estas ensoñaciones llevan a algunos niños a enamorarse de personajes de ficción. Hasta ese extremo no llega la mujer todavía joven interpretada por Toni Acosta, aunque quizá no se hubiera prendado de su esposo de no haberlo conocido disfrazado de Jack Sparrow, sinuoso personaje de Piratas del Caribe.